Si hay algún edificio con encanto, con historia pintoresco y cuya rehabilitación lo convierta en un alojamiento absolutamente único, es la Antigua Casa de Pedro Chicote, en la antigua localidad de Zafra de Záncara, Cuenca.
La Casa fue construida en el siglo XVI por orden de la Iglesia para ser utilizada como custodio de los diezmos de Zafra y también fue sede de la CNT durante la II República y parte de la Guerra Civil.
Dos periodistas de Madrid, afrontaron el reto de su rehabilitación, objetivo, de sobra conseguido con originalidad y buen gusto y el resultado es el actual espacio, dividido en tres amplias y luminosas casas independientes. Abrió sus puertas con el nuevo siglo, y desde entonces no ha dejado de mejorar y evolucionar, consiguiendo elogios de todos los huéspedes que han disfrutado de una estancia entre sus muros.
Cada casa tiene su propio nombre y personalidad, pero todas tienen en comuún el diseño interior, el respeto por los materiales originales, su confort de hogar y servicios completísimos: cocina totalmente equipada, dormitorios a los que no les falta de nada, unas estupendas vistas y el silencio relajante que te aleja del estrés cotidiano.
La Casa I se llama El lugar de la Roca, tiene capacidad para 4 personas en una habitación doble y una de matrimonio, dos baños y la posibilidad de 1 cama supletoria. La Casa II, El Saludo al Sol, cuenta con dos habitaciones de matrimonio con posibilidad de dos camas supletorias y también dos baños. La tercera casa se llama A Vista de Pájaro, es la más grande, con una habitación doble y dos de matrimonio, dos baños y la posibilidad de dos camas supletorias.
También han desarrollado la faceta de hotel romántico, incorporando dos lofts para parejas, a los que llaman las “Petit Suites” Amapola y Océana, con todas las comodidades de una suite y la intimidad de tu propia casa.
Jardines umbríos, amplios salones con chimenea, escaleras de caracol, balcones enrejados y antiguas vigas acompañarán tu estancia. Y lo mejor una piscina suspendida sobre el paisaje manchego absolutamente deliciosa.
Marga G.-Chas Ocaña