Portal de Bergós, un hotel en un Torreón del siglo XIV

Portal de Bergós, un hotel en un Torreón del siglo XIV

Portal de Bergós es un pequeño hotel rural que ha sido pionero en el pueblo de Valderrobre, en la provincia de Teruel y en toda la comunidad de Aragón. Conjuga la ubicación en un edificio histórico, cuidadosamente restaurado, con el concepto de hotel de campo, un alojamiento con todas las comodidades en un entorno rural.

El emplazamiento es espectacular y es lo primero que llama la atención; se encuentra en el recinto amurallado del casco antiguo de la villa medieval de Valderrobres, sobre una de las 7 puertas originales que permitían el paso a la villa a través de la muralla defensiva de su castillo gótico. Cada una de las puertas estaba rematada por un torreón defensivo, ya que el pueblo de Valderrobbres era un punto altamente estratégico, y en uno de esos torreones, que protegía el camino que une Valderrobres con Torre del Compte, es donde está actualmente el hotel Portal de Bergós.

El Torreón está comunicado con una casa, construida en 1800, formando entre ambos un conjunto inigualable, tanto por su valor histórico – artístico, como por la calidad y el confort del alojamiento. Las posibilidades de alojamiento son variadas, ya que se pueden alquilar por tiempo variable, las dos casas juntas, cada una de ellas por separado o simplemente un habitación.

Los dueños de Portal de Bergós son Piers Dutton y Jemma Markham, ellos son los responsables del proyecto, pionero en Aragón en cuanto a alojamientos rurales de calidad, y de la cuidadosísima y respetuosa rehabilitación de ambos edificios históricos.

Pasado y presente están combinados en los interiores del hotel, la antigua mampostería y las vigas originales conviven con modernos elementos como la escalera, diseñada por ellos mismos. El arte está presente y es muy contemporáneo, alegrando las estancias con numerosas obras de artitas internacionales.

El hotel tiene cuatro alturas en los que se reparten tres dormitorios con sus cuartos de baño completos, dos salones comunes y una cocina. Los huéspedes pueden optar por cocinar ellos mismos u olvidarse de cualquier quehacer doméstico gracias a un plus de servicios que está incluido en el precio.

Marga G.-Chas Ocaña



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